La revolución del COVID-19 en la industria del cine

Pongamonos en contexto: es 2020 y el COVID-19 todavía no ha sacudido nuestras vidas. Las salas de cine, cada año, se vacían más. Menos y menos gente va al cine en occidente. Lo único que parece que sigue haciendo que la gente vaya a ver una historia a la gran pantalla es aquello que lleve el sello de Marvel impreso. 

Aceleramos un par de meses. El COVID nos ha cambiado la agenda a todos. Sobre todo a productoras de cine, distribuidoras, directores, actores y sobre todo, a las salas de cine. 

Lo peor que le podía pasar al sector, estaba pasando. Y, por desgracia, sigue pasando. 

La muerte de las salas de cine tal y como las conocíamos

Hace más o menos un año os dije que las salas de cine iban a morir. Y no me equivocaba.

El cine se va a tener que reinventar. El coste es demasiado elevado para lo que tiene que ofrecer... Pero ojo, aquí viene la incongruencia del sistema en sí...
Creo que el cine se va a hacer todavía más caro. Explico por qué...
Lo más seguro es que la mayoría de salas de cine de España no sobrevivan al COVID-19. Lo que significa que nos encontraremos una situación en la que en la mayoría de ciudades hayan menos salas de cine y que la cantidad de películas que haya para ofrecer en estas sea mucho menor también.

No sé desde dónde leéis este artículo, pero es muy probable que si miráis a vuestro alrededor, esta hipótesis ya se haya hecho realidad. 

Hay muchas salas de cine cerrando - sobre todo las que no reciben subvenciones gubernamentales - y hay otras que literalmente llevan poniendo las mismas película durante meses. 

Hay pocos estrenos - en parte por culpa de que muchos estudios prefieren tirar de plataformas de streaming - y encima los pocos estrenos que hay van dándose contra un muro ya que es imposible hacer taquilla en el mundo de Omicrón. A menos que seas Spiderman, claro. Y esto me lleva a mi segunda gran hipótesis - que no es del todo mía - para el futuro de los cines.

Los cines solo emitirán blockbusters

Hace no mucho, Ben Affleck estrenaba en cines El Último Duelo - película que ha tenido un mix de críticas y a la que no le ha ido nada bien en taquilla. El actor decía recientemente en una entrevista que le daba rabia que no le haya ido bien a este film en el cine, y no conseguía entender por qué. Hasta que se estrenó en streaming y todo el mundo empezó a verla. 

El mismo Ben Affleck ha reconocido que las formas de contar historias están cambiando. Que la gente va a gastarse los 8 euros - y esperad que no suba - de una entrada para ver un tipo especifico de película (muy probablemente blockbusters del estilo de Spiderman: No Way Home o Fast & Furious). Y no pasa nada, eso está bien. 

Cada cosa tiene su momento y su sitio. 

Las películas de la mano de de Disney siempre han tenido buena facilidad para colarse entre las más taquilleras del año, mientras otras películas de autor están empezando a triunfar más en otros sitios - streaming.

Y no hay por que quejarse. De hecho, la misma película de Ben Affleck, Town - que recomiendo que veáis - pegó un pelotazo brutal una vez se estrenó en Netflix. 

No es que el cine de autor o el cine de serie B vaya a desaparecer. Hay cine no corporativo que triunfa incluso más que aquellos blockbusters que recaudan millonadas. Pero no lo hacen detrás de una barrera de ocho euros de entrada por dos horas de entretenimiento. El público ha determinado que es un precio muy elevado. Y sí le sumas el coste de desplazamiento y snacks...


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